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Edición 34

«Poemas» de Ida Gramcko: selección de Ediciones Letra Muerta



«Poemas» de Ida Gramcko es una obra emblemática de la poesía venezolana que, luego de 64 años de su publicación en México, ha sido reeditada por primera vez en Venezuela, con el sello de la editorial independiente «Letra Muerta», que dirige la diseñadora y editora Faride Mereb.

 

En su primera publicación, año 1952, fue prologada por el escritor e historiador Mariano Picón Salas, quien describió que la poesía de Ida Gramcko se destacaba por su alta coherencia lírica y cerrada. Dicha obra ha sido valorada a lo largo de los años por diversos críticos y escritores. Alfredo Chacón ha expresado que “Poemas es un libro sumo de la literatura escrita en el siglo XX. Nadie hasta ese momento había logrado una resolución tan recia entre rigor y densidad y temperamento lingüístico”. Mientras que el ensayista y poeta Rafael Castillo Zapata, quien escribió el nuevo prólogo, destaca que en dicha obra la poeta pone en evidencia la plasticidad sonora de su prosodia y “alcanza, sin duda alguna, el que quizás sea el momento más perfecto de su vasta y prolongada deriva lírica”.

 

Por otra parte, Mereb detalla que el diseño y edición del actual libro Poemas es bastante particular en un nivel conceptual, ya que por medio de los soportes y papeles buscó representar la madurez de la obra de la autora y el paso del tiempo. Explica que “el libro consta de dos tomos: el primero en un formato grande con cinco tipos de papeles y el segundo más pequeño con tres diferentes tintas especiales y manuscritos. En esta oportunidad solo estarán en venta para el exterior 100 ejemplares de un color y los otros 100 ejemplares para Venezuela de otro color”.

 

La obra contiene fotografías de Alfredo Cortina pertenecientes al Archivo Fotografía Urbana y fotos del álbum familiar de la autora. Al igual que las obras anteriores, la impresión y asesoría estuvo a cargo del maestro Javier Aizpurua en la editorial Ex Libris.

 

 

                                                            Fragmento del prólogo de Rafael Castillo Zapata

 

Gramcko pone en evidencia la plasticidad sonora de su prosodia —jugando con las velocidades y las longitudes, las aceleraciones y las retenciones, las variaciones y permutaciones de los pares vocálicos alternos— en los Poemas alcanza, sin duda alguna, el que quizás sea el momento más perfecto de su vasta y prolongada deriva lírica. Apoyada en ese zócalo perfecto que configuran sus primeros libros, el muro que se levanta a partir de ellos es prodigioso: el verso alcanza por fin su equilibrio,los juegos extremos de contrastes polimétricos se atemperan y Gramcko logra un verso largo y sosegado, alejandrino extenso, con el que sigue cantando, acendrando la complejidad y la profundidad de sus temas de siempre: el desamparo metafísico, la duda, el anhelo místico de elevación, la soledad, la precariedad física, el laberinto arrebatado del amor con sus cimas y sus simas, el misterio interpelante de las cosas mudas,la infancia con sus paisajes de certidumbres implacables.

 

 

 

 

                                                            Selección de Poemas (1952 [2016])

 

Caracol, el hermano,

el mismo yo, mas caracol. Concisa

su forma sigue sin barniz ni estrago

para que el hombre sufra un alma rica,

un alma suya con el vellón y el gajo,

íntima, inmensa, siempre en sed y ahíta.

Así construimos un lugar humano,

pero tan lleno de él como de brisa.

Inventamos

una pared de cal… ¡y tan distinta!

Un muro nuevo, ¿raro? Solo en su fresca soledad continua.

—¿Soledad, otra vez lo solitario, otra vez la distancia? ¿Y la caricia?—

Cálmate, amor; lo nuestro es lo lejano, toca el largo perfil, la piedra lisa

dice por voz de su vigor: yo te amo.

La forma singular es la infinita.

 

 

 

 

Atienda aquel que dijo hallar

dicha y sosiego

en un sueño beatífico y tranquilo;

atienda a lo que digo y lo que creo.

¿Sabes, nocturno amigo,

a qué cosa en verdad llamamos sueño?

Atiende, hermano mío,

sin pena y sin recelo.

Yo, que he soñado, yo, que no he dormido,

te pregunto sin voz desde mi lecho:

¿crees que el sueño protege del abismo,

rescata del asalto y del incendio?

Yo, soñadora inmóvil, no he creído

en mi rostro apacible cuando duermo.

Lucho soñando, sórdida, conmigo,

con un pájaro extraño, con el viento,

con un agudo y afilado pico

que me horada las sienes y el cerebro

y dejo sangre en el cojín y heridos

flotan ardiendo, aullando, mis cabellos.

Soñador y sonámbulo es lo mismo.

Se va entre nieblas, huérfano.

¿Quién hiló las almohadas? ¿El olvido?

La mano movediza del recuerdo con un sombrío ovillo

y tejió la crisálida del lienzo

con una larga víbora de lino

que se enrosca en el alma y en el cuerpo.

Atienda aquel que alguna vez me dijo

hallar quietud seráfica en el sueño;

atienda a mi creencia, a mi pregunta,

que es la de todo soñador despierto.

Creo en mi corazón, su llama oculta

bajo las sábanas, ardiendo.

Creo en mi sangre muda

corriendo como un río del infierno.

¿Cree alguien en la calma de las tumbas,

en la paz de los muertos?

Quieren creer…¡No lo han creído nunca!

Descansa en paz, solo es un gran deseo.

Descansa en paz, pero la paz no escucha;

descansa en paz, pero el descanso es ciego.

La muerte, insomne, mira hacia la lucha

y el sueño es el más íntimo desvelo.

 

 

 

 

Nadie escoge su olvido.

¿Para qué si la ausencia

recuerda lo que fue y el raudo nido

prosigue sin cesar en la apetencia?

¡Vuelve!, grita el amor, y lo que ha sido

es en su grito nueva transparencia.

Inmenso ser inmerso en el pedido

devuelta está tu voz, tu confidencia,

tu secreto, tu piel, tu repetido

fiel hontanar que nunca es la carencia

sino el cambio de sitio, el transferido

sitial a otro dulzor, a otra potencia.

No, devolverte no. Lo mantenido

queda aunque escape su vivaz secuencia.

Vives aquí y allá, tan trascendido…

Amor, no estás y bulle tu presencia.

Nada dice: prohibido.

¡Entrad!, dicen las puertas de la ausencia.

 

 

 

 

Noticia informativa

 

Letra Muerta es un sello editorial independiente y autofinanciado, fundado en el 2014 por la diseñadora y editora venezolana Faride Mereb. Se enfoca en el área de archivo, la reivindicación del valor del libro como fenómeno/objeto, y la investigación de literatura venezolana. El término «letra muerta» suele denotar un documento que ha perdido su validez legal, o un acuerdo que no ha sido cumplido. Como editorial, buscan hacer revisión de textos que no hayan sido editados o reeditados y que consideran importantes de difundir en nuestro contexto, teniendo respeto con los autores y con especial cuidado de la composición tipográfica. Imprimen sus libros en la Editorial Ex Libris, imprenta de sostenida tradición en Venezuela. Letra Muerta ha publicado, hasta el momento, dos títulos de la poeta y periodista venezolana Miyó Vestrini: el poemario Es una buena máquina (2014) y el volumen de entrevistas Al filo (2015). Poemas (2016), cuarto libro de Ida Gramcko y obra emblemática de la poesía venezolana, luego de 64 años de su publicación en México ha sido reeditada por primera vez en Venezuela bajo este sello.

 

@LetaMuertaED / Twitter

@letramuertaed / Instagram

Ediciones Letra Muerta / Facebook


Noticia Biográfica


Ida Gramcko (1924-1994) fue una poeta, dramaturga, ensayista, narradora y periodista venezolana.  Alfredo Silva Estrada en el prólogo de sus Obras escogidas señala que "La poesía de Ida Gramcko supone, fiel a su fundamentación conceptual, una violencia sobre la realidad, sobre las apariencias: irrupción abrupta, sacudimiento de lo real, ensanchamiento de mundos".



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