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Edición 29

Nicolás Acosta



Desenlace

 

I

La mesa está servida

y los comensales sonrí­en.

Nadie quiere matar a nadie,

los cuchillos están reservados para el pan,

los dientes solo se disponen a las sonrisas.

No nos odiamos

todo ha sido olvidado.

 

 

 

 

II

Bajo las uñas de la abuela

se acumula una mugre imperceptible

que navega despacio hacia el corazón

para estallar en un alud de gusanos.

Una risa estrepitosa esconde el secreto;

la muerte la está reclamando a cuotas,

el miedo le astilla los huesos.

Todos reí­mos.

Todos comemos.

 

 

 

 

III

El niño

–antes hombre–

se hunde en un recuerdo,

una memoria de platos rotos y gargantas secas,

sus puños se crispan

tuerce sus ojos

contrae su alma sobre sus propias heridas.

El pasado lo mira sin párpados

desde su parálisis ambarina

y susurra entre dientes

los viejos odios.

 

 

 

 

IV

Un estallido de plagas

inunda la mesa,

la abuela exhala tierra y gusanos.

El padre se encoge

y el mundo se convierte

en un maelström de porcelana y gritos

La madre derrama una ofrenda de sangre muda

para apaciguar a los asesinos,

y ellos la beben

para emborrachar su rabia.

 

 

 

 

V

Las manos tiemblan,

los pulmones crujen,

los cuerpos

-convertidos en árboles violados-

se mecen temerosos,

asombrados frente a la dimensión inhóspita

de su cólera,

se mecen rotos,

incapaces de mirarse a los ojos

y ya nadie rí­e,

ya nadie come.

 

 

 

 

Vea también: fragmentos sobre los diarios de Chatal Maillard.


Noticia Biográfica


Nicolás Acosta tiene 24 aí±os y es de Bogotá, Colombia.



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