Edición 1
Poemas de Luis Vicente de Aguinaga
Sí.
Pide un deseo.
El mundo
no está para miserias.
Que tus padres te saquen
a rodear la manzana con patines
o que se vayan en silencio
y te dejen estar bajo la cama.
Que nadie te pregunte por qué lloras
o que nomás te lo pregunte
otro que llora por lo mismo.
Que la lluvia te moje sin helarte
y pasen las hormigas a dejarte piedras.
Y que la sílaba que falte
—porque siempre hay un soplo, un susurro que hace falta—
la tenga yo, de preferencia yo,
y que sea un “sí”
dicho una,
dicho dos,
dicho tres
veces al hilo y en voz baja.
Plan de vuelo
Cuántos aviones han pasado
por encima del mundo esta mañana.
Sin objeto aparente
vuelan muy por encima de sólidos y líquidos,
de dioses y bacterias.
¿Van de verdad a donde dicen?
Es lo bueno del cielo:
puedes atravesarlo sin propósito,
siguiendo un plan de vuelo atrabiliario
y dando manotazos con las alas.
Hoy en la noche, y en un año,
y en otra vida, y cuando estemos muertos,
van a ser los mismos: los mismos,
dando vueltas. ¿Van de verdad
a donde van? ¿Van de verdad?
Es lo bueno del cielo:
nada
le importa en absoluto.
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Noticia Biográfica
Luis Vicente de Aguinaga nació en Guadalajara en 1971. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México. Ha sido becario del Consejo Estatal de la Cultura y las Artes de Jalisco (1992), del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (1995-1996, 2002-2003 y 2005-2006) y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (1996-2001). Fundó y editó, con Teresa González Arce, la hoja de poemas Nudo (1989-1991) y, con ella misma y con Martín Mora, el folleto literario La Migala (1995). Ha sido colaborador habitual de varios medios y ha publicado doce libros de poemas, entre los cuales se encuentran Reducido a polvo (2004, Premio Nacional de Poesía Aguascalientes) y Fractura Expuesta (2008). Adicionalmente, ha publicado diez libros de ensayos y dos de traducciones.