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Edición 42

José Tolentino Mendonça: Escuela del silencio, novedad de Tragaluz Editores



Publicamos una selección de poemas del libro Escuela del silencio, de José Tolentino Mendoní§a. Este libro fue publicado por la bella editorial Tragaluz en el 2016.

 

*La traducción fue hecha por Nicolás Barbosa López (Bogotá, 1988). Es literato de la Universidad de los Andes y actualmente cursa un doctorado en literatura portuguesa en Brown University, EUA. Como traductor y editor es responsable por más de una decena de obras portuguesas publicadas en Colombia y España. En los últimos años ha sido ponente en congresos internacionales de literatura, profesor de lenguas en la Universidad Nacional de Colombia y consultor literario de los Países Bajos en la FILBo 2016.

 

 

 

 

                                                            De Los dí­as contados (1990).

 

La infancia de Herberto Helder

 

En un principio fue la isla

aunque se diga

que el Espíritu de Dios

abrazaba las aguas

 

En ese tiempo

me tumbaba en la tierra

para mirar las estrellas

y no pensaba

que esos cuerpos de fuego

pudieran ser peligrosos

 

En ese tiempo

marcaba la latitud de las estrellas

ordenando canicas

sobre el césped

 

No sabía que un poema

es un tumulto

que puede sacudir

el orden del universo ahora

lo creo

 

Yo era casi un ángel

y escribía informes

precisos

acerca del silencio

 

En ese tiempo

aún era posible

hallar a Dios

en los baldíos

 

Esto fue antes

de aprender álgebra

 

 

 

 

La mirada al descubierto

 

Dime si

en el agua percibes el murmullo

adormecido de las caracolas

 

Dime si el otoño tiene

que ver con las algas

con la incertidumbre del follaje

 

y si hay un sentido oculto

en el transcurrir de las estaciones

 

Dime si

toda imagen es burla

o hija abandonada

del fuego

 

Dime si es cierto

que el tiempo

es una mirada única

prolongada en los días

 

si la vida es el revés de la vida

y si hay muerte

 

 

 

 

                                                            De Lejos no sabí­a (1997).

 

Retrato del alma

 

En el año de 196- yo escribía versos

imitando a Kavafis fumaba de forma desalmada

y como te juré no quería hacerlo

apagaba y encendía los ojos

en un lugar cada vez más alejado

ya no sabía parar

 

espíritus antiguos se elevaban inquietos

en mi búsqueda

 

y cuando en los campos

abandonaba mi cuerpo cansado

los animales silenciosos temían

en mí la semejanza del dios muerto

 

en ese entonces atravesaban el mundo

rencores y perfecciones

pero yo nada pretendía

 

al final todo fue muy simple

esa sombra que tienes

me dijo el oficial de servicio

ya no eres

 

 

 

 

Un pequeño temblor

 

Su muerte no fue sino un pequeño temblor

las furias gritaban

pero a lo lejos

en las cámaras donde esos gritos

de araña no se escuchan

 

Su grandeza era casi una indiferencia

a los desastres

 

En lo alto de sí mismo

sostenía objetos improbables

caminaba por el fuego

sin descuido

sin desear otro paso

en él una forma de pudor era

la bonanza

 

sin que lo supiera las palabras

se deslizaban a un lugar sin peligros

pero también sin palabras

 

 

 

 

                                                            De Baldíos (1999).

 

Una cosa menos que adorar

 

Ya vi matar a un hombre

es terrible la desolación que un cuerpo deja

sobre la tierra

una cosa menos que adorar

cuando todo se extingue

los paisajes se revelan perdidos

irreconciliables

 

entenderás ahora mi pánico

en las noches cuando vuelvo sin razón alguna

corriendo por el puente de madera

donde un hombre fue asesinado

 

arranco como un atleta al son de un disparo seco

pero solo soy alguien que de noche

grita por la casa

 

hay quienes digan

que la vida es una cerilla

demasiado escasa

para el milagro del fuego

 

hoy estuve tan triste

que encendí centenares de fósforos

toda la tarde

mientras pensaba en el hombre que vi matar

del que nunca supe nada

ni su nombre

 

 

 

 

Arte poética

 

Había transcurrido toda la noche

él mismo se sentía perdido

frente a aquella presencia sin palabras

que lanza tinieblas en los símbolos

y vuelve los argumentos

insustentables

 

es posible que allí habite

su parte más importante

a partir de ese punto desaparece

 

 

 

 

                                                            De De igual a igual (2000).

 

Poética

 

Estos cuantos trazos que se parecen a la sombra

(a las manos también debemos la soledad más implacable)

quizá no merezcan esa forma de lentitud: la lectura

los escribí en un jardín donde los patos graznan en el frío

y las hojas se despeñan detrás del viento

 

Sobre la tierra sin ningún murmullo

un verso siempre es muy poco

alrededor de lo que se puede observar

tengo miedo porque de repente

tu respiración se ha acercado demasiado

a la esencia inestable, disonante

 

Y esto es lo que nos queda

 

 

 

 

                                                            De Camino blanco (2005).

 

El camino blanco

 

Contigo atravesé la tarde minuciosa

me diste tu mano, la vida aparentaba

ser difícil de fijar

por encima del muro alto

 

las hojas se estremecían

al invisible peso más fuerte

 

Podía morir por una sola de esas cosas

que traemos sin que puedan ser dichas:

los astros se cruzan en una velocidad que aterra

al fin los inamovibles glaciares se desplazan

y en la única forma que tiene para acompañarte

mi corazón late

 

 

 

 

La noche abre mis ojos

 

Caminé siempre hacia ti sobre el mar encrespado

en la constelación donde los altramuces extienden

rondas de acero y charcos

en su extremo azulado

 

Herrumbres irradian en el mundo,

atravesé la corriente

únicamente a ciegas

construí mi casa en la durabilidad

de oscuras lenguas de fuego, de bejucos, de líquenes

 

La aurora a la cual todos se vuelven

lleva mi barco de la puerta entreabierta

 

el amor es una noche a la cual se llega solo

 

 

 

 

                                                            De Estación central (2012).

 

Salmo junto al río Hudson

 

Si haces que salgan, a su tiempo, las constelaciones

y las enumeras con exactitud

Si sabes de qué lado habita la luz

y descubres atajos

para las bodegas del mar

Si te elevas en lo alto y cabalgas con el viento

mucho más allá del Empire State Building

o de la Freedom Tower en construcción

 

Sobre la tierra desolada, te pido

prepara el camino donde me voy a perder

 

 

 

 

                                                            De La amapola y el monje (2013).

 

Escuela del silencio (fragmentos)

 

Que tu silencio sea tal

que ni el pensamiento

lo piense

 

 

Cuando el templo se vacía

brilla

espléndido

 

 

La historia relata lo que ocurrió

el silencio narra

lo que ocurre

 

 

El silencio no es un modo

de reposo o suspensión

sino de resistencia

 

 

Silencio:

contemplar la nieve

hasta confundirse con ella

 

 

Las nubes hoy parecen

monjes que toman té

en silencio

 

 

El silencio tiende a soterrar el pensamiento

pero también de él

el pensamiento vive

 

 

Aprende a renunciar

a todo

incluso al silencio

 

 

Muchas veces Dios prefiere

entrar en nuestra casa

cuando no estamos

 

 

El silencio es el narrador

y también el único

vocablo

 

 

 

 

Vida monástica (fragmentos)

 

Los que se asemejan a nada

se asemejan

a Dios

 

 

Dios borra

nuestra huella

como si apagara una vela

 

 

¿Quieres saber qué rezo en las oraciones?

troncos secos, ramillas

cercas y lodo rojo

 

 

Vive como quien construye una imagen

una imagen

que desaparece

 

 

Que todo te parezca igual:

la noche y el día, la alegría y el dolor

el tiempo y lo que está más allá del tiempo

 

 

La vida monástica

es una forma de desnudez

que no se avergüenza de sí misma

 

 

La verdadera ciencia de la santidad

es vivir

sin porqué

 

 

Después de una tarde ocupándose del jardín

nuestra vida

importa menos

 

 

Aunque haga frío

no acerques al fuego

un corazón de nieve

 

 

 

 

Libro de las peregrinaciones (fragmentos)

 

No cuestiones el sentido

agradece el paso lento

entre las nubes de polvo

 

 

En algún lugar debe existir

la fracción de verdad

que estuvo a nuestro alcance y no vimos

 

 

Cuando salgas de las ciudades

donde oigas risas

quedará mi casa

 

 

Un día

quemarás el camino

para que nadie siga tus pasos

 

 

Lo único que queda

es que te vuelvas

el poema

 

 

 

 

Vea también: En los días grises no se habla de aves de Filipa Leal.


Noticia Biográfica


José Tolentino Mendonça (Portugal, 1965). Presbítero, poeta, teólogo y ensayista portugués. Director del Secretariado Nacional de la Pastoral de la Cultura y de la revista Didaskalia de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Portuguesa. Escribe una crónica semanal en el periódico Expresso. Ganador en 2015 del Premio literario de ensayo Res Magnae. Ha publicado varios libros de poesía –reunidos en A Noite abre os meus Olhos (3a. ed., 2014)–, textos pastorales, ensayos –sobre la sexualidad, la construcción de Jesús y la Biblia– y diversos textos de intervención cívica y religiosa.



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