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Edición 12

Cuatro poemas de Gerard Manley Hopkins



La poesía de Hopkins es recordada por el énfasis que le da a la naturaleza, a Dios y a la melancolía, así como por su originalidad, que lo distanció notablemente de sus contemporáneos e hizo que sus mejores poemas no salieran a la luz durante su vida. En los cuatro poemas a continuación, se pueden apreciar dichos temas en la poesía de Hopkins. Por un lado, “God’s Grandeur” y “Pied Beauty” están inspirados en una lectura de la Biblia y del Libro de la naturaleza, especialmente del salmo 148. Por el otro lado, “Thou art indeed just, Lord, if I contend” y “I wake and feel the fell of dark, not day” fueron escritos como parte de los poemas de la desolación, que buscaban enfocarse en el pecado capital de la pereza (acedia) y que dejan entrever también el tema de la melancolía. 

 

*La presente selección y traducción de poemas fue preparada por el equipo de Otro páramo.

 

 

 

La grandeza de Dios

 

El mundo está cargado de la grandeza de Dios.

    Ella va a arder como el brillo de una lámina agitada;

    ella se recoge en esplendor como el cieno de la grasa

derramada. ¿Por qué ya el hombre, entonces, a su cayado no presta atención?

Las generaciones han hollado, han hollado, han hollado

    y con el comercio todo se ha marchitado; desdibujado, denigrado con el esfuerzo,

    y viste la mancha del hombre y comparte el olor del hombre; el suelo

está desnudo ahora y no puede sentir los pies: están calzados.

 

Y con todo esto, nunca se gasta la naturaleza;

    allí vive la más querida frescura bien en lo profundo de las cosas;

y aunque las luces últimas del negro occidente partieron,

Oh, la mañana, al pardo borde hacia el este, brinca

—porque el Espíritu Santo sobre el inclinado

    mundo acuna con pecho cálido y con, ¡ah!, alas que brillan.

 

***

 

God’s Grandeur

 

The world is charged with the grandeur of God.

    It will flame out, like shining from shook foil;

    It gathers to a greatness, like the ooze of oil

Crushed. Why do men then now not reck his rod?

Generations have trod, have trod, have trod;

    And all is seared with trade; bleared, smeared with toil;

    And wears man’s smudge and shares man’s smell: the soil

Is bare now, nor can foot feel, being shod.

 

And for all this, nature is never spent;

    There lives the dearest freshness deep down things;

And though the last lights off the black West went

    Oh, morning, at the brown brink eastward, springs —

Because the Holy Ghost over the bent

    World broods with warm breast and with ah! bright wings.

 

 

 

 

Despierto y siento la malignidad de la noche, no el día

 

Despierto y siento la malignidad de la noche, no el día.

Qué horas, ¡Oh, qué negras horas hemos pasado

esta noche! ¡Las vistas, corazón, que viste; los caminos que viajaste!

Y más debes en la aún más larga dilación de la luz.

   Con testigos hablo esto. Pero donde digo

horas me refiero a años, a la vida. Y mi lamento

es un lloro incontable, llora como muertas cartas enviadas

a él, el más querido que vive, lamentablemente, lejos.

 

   Estoy exasperado, tengo quemado el corazón. El decreto más profundo de Dios

amargo me querría saber: mi sabor era yo;

los huesos se formaron en mí, la carne se llenó, la sangre rebosó la maldición.

   La levadura del ser del espíritu una sosa masa agría. Veo

que los condenados son así y que su flagelo es ser,

como yo soy el mío, sus mismos yoes sudorosos; pero peores.

 

***

 

I wake and feel the fell of dark, not day

 

   I wake and feel the fell of dark, not day.

What hours, O what black hours we have spent

This night! what sights you, heart, saw; ways you went!

And more must, in yet longer light’s delay.

   With witness I speak this. But where I say

Hours I mean years, mean life. And my lament

Is cries countless, cries like dead letters sent

To dearest him that lives alas! away.

 

   I am gall, I am heartburn. God’s most deep decree

Bitter would have me taste: my taste was me;

Bones built in me, flesh filled, blood brimmed the curse.

   Selfyeast of spirit a dull dough sours. I see

The lost are like this, and their scourge to be

As I am mine, their sweating selves; but worse.

 

 

 

 

Belleza jaspeada

 

Gloria a Dios por las cosas moteadas

   —por cielos de colores en pareja como una vaca pinta;

      por los lunares de rosa todos punteados en la trucha que nada;

cascadas de castañas como brasas frescas; las alas de los pinzones;

   un paisaje parcelado y dividido —redil, barbecho y arado;

      y todos los oficios, su equipamiento y su aparejo y su adorno.

 

Todas las cosas contrastantes, originales, restantes, extrañas;

   lo que sea veleidoso, pecoso (¿quién sabe cómo?)

      con ligereza, lentitud; dulce, agrio; encendido, desvaído.

A Él, que engendra más allá, cuya belleza no conoce el cambio:

                                Alabadlo.

 

***

 

Pied Beauty

 

Glory be to God for dappled things –

   For skies of couple-colour as a brinded cow;

      For rose-moles all in stipple upon trout that swim;

Fresh-firecoal chestnut-falls; finches’ wings;

   Landscape plotted and pieced – fold, fallow, and plough;

      And áll trádes, their gear and tackle and trim.

 

All things counter, original, spare, strange;

   Whatever is fickle, freckled (who knows how?)

      With swift, slow; sweet, sour; adazzle, dim;

He fathers-forth whose beauty is past change:

                                Praise him.

 

 

 

 

Tú eres en verdad justo, Señor, si yo compito

                                                            Justo eres en verdad, Señor, si compito contigo; y sin embargo

                                                            por mí será dicho lo que es justo para ti: ¿por qué prospera la vía de los impíos?

 

Tú eres en verdad justo, Señor, si yo compito

contigo; pero, señor, también lo que suplico es justo.

¿Por qué el camino de los pecadores prospera? ¿Y por qué debe

en desencanto acabar todo aquello que emprendo?

    Fueres mi enemigo, Oh, amigo mío,

¿cómo podrías, me pregunto, peor que ahora

vencerme, frustrarme? Oh, los alcohólicos y esclavos de la lujuria

en horas libres prosperan más que yo, que gasto,

Señor, la vida en tu causa. Mira, las orillas y los recodos,

¡ahora cuán anchos han quedado! De nuevo están tejidos

con calado de perifollo, mira, y un fresco viento los hace temblar;

las aves construyen — pero yo no construyo; no, pero me esfuerzo,

eunuco del tiempo, y no engendro una sola obra que vaya a despertar.

Mío, Oh Señor de la vida, manda lluvia a mis raíces.

 

***

 

Thou art indeed just, Lord, if I contend

                                                            Justus quidem tu es, Domine, si disputem tecum; verumtamen

                                                            justa loquar ad te: Quare via impiorum prosperatur? &c.

 

Thou art indeed just, Lord, if I contend

With thee; but, sir, so what I plead is just.

Why do sinners’ ways prosper? and why must

Disappointment all I endeavour end?

    Wert thou my enemy, O thou my friend,

How wouldst thou worse, I wonder, than thou dost

Defeat, thwart me? Oh, the sots and thralls of lust

Do in spare hours more thrive than I that spend,

Sir, life upon thy cause. See, banks and brakes

Now, leavèd how thick! lacèd they are again

With fretty chervil, look, and fresh wind shakes

Them; birds build – but not I build; no, but strain,

Time’s eunuch, and not breed one work that wakes.

Mine, O thou lord of life, send my roots rain.


Noticia Biográfica


Gerard Manley Hopkins (1844-1889) es uno de los poetas más reconocidos de la era victoriana. Nació en Inglaterra, en el seno de una familia preocupada por cultivar el lenguaje, el arte y la religión, tres elementos que tuvieron una evidente influencia en el desarrollo de este autor quien, además de poeta, fue también artista visual y sacerdote jesuita. 



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