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Edición 63

Cantinela por un flautista ciego: tres poemas de Marguerite Yourcenar



Los siguientes poemas fueron traducidos por Camilo Rodríguez (Bogotá). Maestro en letras francesas de la Universidad de Toulouse II, traductor de Diario de viaje de Michel de Montaigne (Minerva editorial, 2019) y Salambó de Gustave Flaubert (Fondo de Cultura Económica, 2020). Es autor de crónicas, cuentos y críticas de cine publicadas en medios como Revista Nexos, Revista Arcadia y Revista de la Universidad UNAM. La nota inicial que presentamos a continuación fue escrita por él.

 

Traduzco estos poemas por tres razones esenciales. Primero, sus versos nos sumergen en la alquimia secreta del universo, con ellos comprendemos que “los cielos bailan / porque un ciego ha cantado” y oímos un silencio que nos hace sonreír ante la muerte, un silencio que nos muestra cómo la esencia del difunto sobrevive en el cuerpo de su amante. En segundo lugar, creo que la poesía femenina en lengua francesa se encuentra en el más terrible de los olvidos. Incluso a las jóvenes plumas de Francia, Canadá o Bélgica les cuesta nombrar más de tres poetas que hayan marcado su trayectoria –y no por falta de grandes poetas, sino por la atrofia y reiteración de un canon vetusto. Por último, considero que Marguerite Yourcenar (1903-1987), admirable escritora franco-belga, refugiada estadounidense de la segunda guerra mundial, lesbiana y militante del libre amor en tiempos hipócritas de patriarcado ciego, y primera mujer en ser nombrada miembro de la Academia Francesa –más allá de la desconfianza que despiertan los pedestales– es una de las voces imprescindibles en la poesía de habla francesa del siglo XX.

 

 

Cantinela por un flautista ciego

 

Flauta en la noche solitaria,

presencia líquida de un llanto,

todos los silencios de la tierra

son los pétalos de tu flor.

 

Dispersa tu polen en la sombra

alma llorosa, casi sin ruido,

miel rebosante de una boca sombra,

 

y, como tus lentas cadencias

marcan el pulso de las tardes de verano,

haznos creer que los cielos bailan

porque un ciego ha cantado.

 

***

 

Cantinèle pour un joueur de flûte aveugle

 

Flûte dans la nuit solitaire, 

présence liquide d'un pleur, 

tous les silences de la terre 

sont les pétales de ta fleur.

 

Disperse ton pollen dans l'ombre, 

âme pleurant, presque sans bruit, 

miel coulant d'une bouche sombre,

 

et, puisque tes lentes cadences 

rythment le pouls des soirs d'été, 

fais-nous croire que les cieux dansent 

parce qu'un aveugle a chanté.

 

 

 

 

Este es el silencio

 

El silencio tiene las únicas palabras

Que uno pueda, cerca a usted, decir sin lastimar;

Dejemos sobre usted llover llantos de corolas;

Solo se puede sonreír ante lo que debe pasar.

 

A la hora en que, cansados, soltamos nuestros roles,

en la misma cama oculta los durmientes se van a colar;

por cada dedo tiemblan unas hierbas que nos rozan,

usted puede bendecirme y yo le puedo acariciar.

 

A su dulzura mi sendero me hermana

de este suelo impregnado lentamente de alma humana,

el olvido, lento jardinero, arranca remordimientos.

 

El amor inagotable yerra de pasión en pasión;

no quiero perturbar con una vana lamentación

la eterna reunión de la tierra y los muertos.

 

***

 

Voici que le silence

 

Voici que le silence a les seules paroles 

qu’on puisse, près de vous, dire sans vous blesser;

 laissons pleuvoir sur vous les larmes des corolles; 

il ne faut que sourire à ce qui doit passer.

 

À l’heure où fatigués nous déposons nos rôles, 

au même lit secret les dormeurs vont glisser; 

par chaque doigt tremblant des herbes qui nous frôlent, 

vous pouvez me bénir et moi vous caresser.

 

C’est à votre douceur que mon sentier m’amène. 

de ce sol lentement imprégné d’âme humaine,

l’oubli, lent jardinier, extirpe les remords.

 

L’impérissable amour erre de veine en veine; 

je ne veux pas troubler par une plainte vaine

l’éternel rendez-vous de la terre et des morts.

 

 

 

 

Usted no sabrá nunca

 

Usted no sabrá nunca que su alma viaja

cual suave corazón adoptado al fondo del mío;

y que nada, ni el tiempo, ni otros amores, ni la edad,

impedirán nunca que usted haya sido.

 

Que la belleza del mundo tome su rostro,

viva con su dulzura, brille con su claridad,

y que el lago pensativo al fondo del paisaje

me repita solamente su serenidad.

 

Usted no sabrá nunca que cargo su alma

como una lámpara de oro que me alumbra caminando;

que un poco de su voz ha pasado en mi canto.

 

Suave antorcha, sus rayos, dulce llama, su flama,

me instruyen por senderos que usted ha seguido

y entonces vive un poco, pues yo le sobrevivo.

 

***

 

Vous ne saurez jamais

 

Vous ne saurez jamais que votre âme voyage

 comme au fond de mon cœur un doux cœur adopté; 

et que rien, ni le temps, d’autres amours, ni l’âge,

n’empêcheront jamais que vous ayez été.

 

Que la beauté du monde a pris votre visage, 

vit de votre douceur, luit de votre clarté, 

et que ce lac pensif au fond du paysage 

me redit seulement votre sérénité. 

 

Vous ne saurez jamais que j’emporte votre âme 

comme une lampe d’or qui m’éclaire en marchant;

qu’un peu de votre voix a passé dans mon chant.

 

Doux flambeau, vos rayons, doux brasier, votre flamme, 

m’instruisent des sentiers que vous avez suivis, 

et vous vivez un peu puisque je vous survis.


Noticia Biográfica


Marguerite de Crayencour, mejor conocida como Marguerite Yourcenar (1903 - 1987), fue una novelista, ensayista, cuentista, dramaturga, traductora y poeta nacida en Bélgica. Posteriormente, fue nacionalizada como ciudadana estadounidense y francesa. Es reconocida, entre otras, por su novela histórica Las memorias de Adriano y por haber sido la primera mujer en ingresar a la Academia Francesa (Académie Française), una distinguida institución literaria de ese país.



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