Edición 62
Dos poemas de David Cortés Cabán
Historia universal
Esto es más o menos lo que dijo el profesor:
“comenzamos con la historia de Europa
y si sobra tiempo haremos un viaje por Las Antillas”.
“No lo dijo exactamente así,
creo que estaba bromeando”, dijo William
Hablaba de modo figurado,
el Nuevo Mundo está aun por descubrirse.
Creo que piensa que somos invisibles.
Tenemos muchos defectos pero hay recursos.
“Hay también mucha competencia”, dije.
“Además hemos construido nuevas ciudades
sobre los cementerios.
Los que murieron regresarán un día a buscar
lo que es suyo.
“¿Entonces dejaremos de caminar sobre cementerios?”,
preguntó William
No estoy tan seguro, el profesor tampoco está tan seguro,
dice que nuestra historia es muy pobre.
Toda la clase fue sobre los espartanos y los atenienses.
Definitivamente eran grandes guerreros.
También los taínos fueron grandes guerreros.
“¿Crees que los indios regresen a reclamar lo suyo?”
“Es posible, el mundo está lleno de sorpresas”, contesté.
El profesor no se ha enterado de que lo han engañado.
“Es cosa de la historia, es la magia del pasado”, dijo William.
“Anoche estuve soñando que los espartanos
nos perseguían por estas calles”.
Debe ser una premonición,
he tenido el mismo sueño pero no logro interpretarlo.
Creo que debemos despertar para ver qué ocurre.
La mala fortuna
La mala fortuna me sorprendió en la calle
110 y Lexington Avenue,
fue el último día de verano del 1969.
Al vendedor de naranjas se le ocurrió
que yo cargaba con la mala fortuna.
“Debes tomarlo en serio”, me dijo
mirando la naranja que alargaba a mi mano.
Es una “china” le dije.
“Es lo que piensas pero su color debe confundirte,
además no eres de Manhattan
y cambias el nombre de todo lo que ves”.
Solo veo gente que corre al trabajo.
“Es la mala fortuna”, dijo.
“Si pudieras mirar la vida de otro modo,
otro cielo brillaría sobre tu cabeza”.
Entonces, ¿existe un remedio?
“¿Qué pasa por tu mente”, preguntó.
Ahora mismo veo un río un caballo de carga
y un camino por donde nadie pasa,
salvo el crepúsculo (1).
“Has comenzado bien”, dijo.
“Y luego, ¿qué ves?”.
Veo gente entrando y saliendo de un avión
y calles cubiertas de nieve.
No sé de qué hablan,
alguien dice que somos extranjeros.
Ves, dijo el vendedor de naranjas,
eso es lo que llamo “la mala fortuna”.
(1) Batsuo Basho: Este camino / ya nadie lo recorre / salvo el crepúsculo.
Esto es lo que sucede
Estás acostado sin poder levantarte.
Tus huesos no dan para más,
tu corazón no da para más,
tus venas no dan para más.
Ves los jóvenes en un carnaval de disfraces.
Ves pasar las muchachas con cintas de colores.
El tiempo rehuye de ti, el brillo rehuye de ti.
La lluvia en el cristal te dice que todo sigue igual.
¿Ha dejado de llover?
Abres el álbum y la mujer que amas
no está en el carnaval,
no está en el baile de disfraces,
no está en la habitación.
Estás recostado esperando que empiece
la música. Preguntas por la mujer
vestida de rojo.
“Levántate y búscala”, dice un comensal.
“No es mucho pedir”, dice otro.
Lo que han dicho no tiene sentido.
No resisto quedarme, no resisto irme,
no resisto regresar.
Pregunto, “¿qué ha sucedido con la mujer
vestida de rojo?” Sigo recostado en la cama.
Ahora cruzo el puente de Brooklyn,
cruzo el puente colgante de Zhangjiajie,
cruzo el Mar Rojo,
no puedo divisar los cuerpos.
Noticia Biográfica
David Cortés Cabán nació en Arecibo, Puerto Rico, 1952. Posee una Maestría en Literatura Española e Hispanoamericana de The City College (CUNY). Fue maestro en las Escuelas Públicas de Nueva York y profesor adjunto del Departamento de Lenguas Modernas de Hostos Community College of The City University of New York. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Poemas y otros silencios (1981), Al final de las palabras (1985), Una hora antes (1991), El libro de los regresos (1999), Ritual de pájaros: antología personal (2004), Islas (2011), Visión poética en tres libros de Alfredo Pérez Alencart (2017), y Lugar sin fin (2017). Reside en Nueva York desde 1973.