Edición 42
Jacques Roubaud: Soy un cangrejo puntual [ ∈ ]
Selección del autor de Je suis un crabe ponctuel. Anthologie personnelle (1967 – 2014), publicado por Gallimard.
La traducción fue realizada por Martín Abadía, traductor literario del inglés y del francés. Ha publicado Mi Cuerpo y Yo (René Crevel. Arena Libros. Madrid, 2012. 96 páginas), Doctor Sax (Jack Kerouac. Escalera ediciones. Madrid, 2012. 255 páginas), Cartas de Guerra (Jacques Vaché. Editores Argentinos Hnos. Buenos Aires, 2013. 95 páginas), Diarios de Jack Kerouac 1947-1954. Mundo soplado por el viento. (Jack Kerouac, Editores Argentinos Hnos. Buenos Aires, 2015. 554 páginas) Opio, diario de una desintoxicación (Jean Cocteau. Nulú Bonsai editores. Buenos Aires, 2016. 234 páginas), La gran borrachera (René Daumal. Nulú Bonsai editores. Buenos Aires, 2017. 154 páginas), Leonard Cohen on Leonard Cohen. Entrevistas y encuentros. (Leonard Cohen / Jeff Burger. Editores Argentinos Hnos. Buenos Aires, 2017. 634 páginas. (en proceso). Mantiene el sitio “Sigilo & Conticinio” [sigilo-y-conticinio.blogspot.com.ar].
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Ya no veo el sol ni el agua ni la hierba habiéndome
encarcelado donde ninguna mañana tiene dominio si en el
cubo puro de la noche distingo de otros ramajes que
sobre el arco de los pensamientos los cazo los escondo
no tienen sitio más que las lámparas la división de lo claro a la
sombra hacia mí cortando lo visible lo poco de
mundo materialmente extendido a lo largo sí delante de mí
accesible por todas partes a mis manos
pues de todo objeto aquí desaparecido suscité sol por
sol agua por agua hice atravesar montones
de opaco a solaciones de otra parte oh soles en
los que confío
en qué punto ustedes son yo puedo mostrarles
a todos decir color madera naranja decir rojo y
ser creído soles despiertos sobre mi lengua soles
alrededor – aguaceros
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Vivo sin inviernos sin lugares ningún tiempo es más
que otro he dejado de oír el ruido que hace el agua
hoy yo no digo el mundo es baño de hiel yo
no digo aquí ojos y maravillas yo soy
noche y neutro
el sendero del monte no fue proseguido el tiempo colectivo
no es sino un saber y sé la forma pesada que
me encierra pero sobre el blanco que se presenta no
escribo encuentro poco tomo poco en el blanco
de ciudades en que me atrapo
si hay siempre viajes de los que no volvemos
iguales una fuente no de sabiduría pero de
signos tal vez sea ese el lugar solamente al que tiendo
que no apunta al futuro la piedra la fortuna ni al juego
de los árboles ni aquel de los miembros de los barcos que
vive sin cielo que vive sin frío cuestionando dónde dime
dónde estaré
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pertenezco al nervio de las calles a las morenas a los
jeroglíficos a la corteza del otoño al parloteo
de los esmaltes al don de sí a la avaricia a la grandeza
mezquinamente ciertas moderadamente a sinsentido (por
siglos minutos horas por nada por un punto amarillo
en lo claro)
el todo-sol el fuego redondo la baba del azul el buccino la
tienda de huesos el bosque dorado el spaniel o el cardo
el narval soy soy también la tarde que adormece a sus
moscas o la versión de las estrellas ya no nueva
sin embargo ya no segura
yo pasé por ahí yo sé yo les creo pertenezco a
un tiempo en que todo comienza lo vacío el plasma el
cálculo lo vivo cómo pensaba que no desciframos
aún la morsa de las montañas
¡no sabemos deducir junto a las esporas! (había
ventanas que se cerraban un ruido de coches querellas
un ruido de mandados en aquel tiempo no había yo
abolido lo inmediato)
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soy un cangrejo puntual soy un correo sin
acontecimiento mi campo está vacío puro barrido hasta la
menor estrella cubrí de terciopelo la masa
curva del ojo este instrumento no detallará ya
más que su polvo
no arriesgo silencios no opongo sino palabras
planas como vidrios que enjuagan las lluvias y tengo
gusto por la noche tengo indulgencia por el alba jamás
hay nada que leer en mi mano
contando granos de arroz sobre una mesa de cocina he
asegurado mi santidad una vida de perfección contempla mil
veces la misma fuente que se rompe
a partir de mí el tiempo se disciplina cómo
decía yo hay aún una ribera sensible al
frío una isla con lagos y aborígenes cómo
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cuántos puñados de nieve arrojamos sobre las flores
grises las peonías de humo así al jugar cuánto sobre
las murallas en los senderos cubiertos de corcho cuántas
nieves terrestres arrojamos sobre los matorrales cavidades la
endrina la zarzamora el regaliz el acebo
sabíamos nosotros cuán poco duraría el manto de nieves
en las viñas las mangas bajo las zarzamoras negras o
devastadas en el área de barbas de las espigas cuán pocas
nieves nuevas fundirían anillos de fuego o
sobre el ladrillo del hogar sobre el área ensombrecida de
/las brasas
la nieve era preciosa almendra rara y tierna pocos
días de poco ni siquiera todos los años guarda vivo el
gusto de nieve cuando detenía al viento sobre el
pergamino de los sotobosques el golfo inverso de las cornejas
cuando comprobamos que no son más que nieves
capaces de un hueco en la memoria capaces
de deslumbrantes helechos frescos sobre un vidrio que una
boca al alba cubre de vaho
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había días joyas situados raros en los
años una sucesión cantante extraída de la sucesión sin
timbre de los días días de castañas y días de osos días
de fuegos diversamente separados jalonando aclarando
la duración sombra
un árbol presidía el equilibrio de las riquezas sus hojas
avanzaban sobre distancias invisibles de tiempo del
verde al castaño un ritmo cubierto asible por la sangre
solamente por vista difusa por algo como
la ubicuidad de los sentidos
la carrera era aún larga del cielo en el cielo donde
vestían vientos nómadas de las tiendas claras luego
sombrías y más larga más lenta era la subida de los
días marcados
como si resbaladiza la vida hubiera querido contenerse añadir
su firma a la alternancia natural abrir el edredón
de la infancia afeitar echar luz
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el tiempo entero encogido se tiene del pétalo de una
mano el sol es un clavo que es (el sol) el eje donde
se aceleran arden los insectos en el remolino al
mismo tiempo el tallo imperturbable ceñido azul del torrente
salmón explota en el derrame de la represa de la montaña
los árboles se alzan no han tenido necesidad de
verificar el aire y algunos se presentan espadas sostenidas
de la empuñadura verde es siempre de la misma manera
que se dispersa un manojo de pájaros al principio como
granos y la segunda vez la curva inversa que niega
el peso en la caída
cisnes cisnes jueces blancos siempre en apogeo el
gran asunto es el tiempo pero de eso ustedes no saben
nada que mastican los jardines el ojo ofuscado por
ovoides mensajes negros
adiós ellos son adiós las edades cerezas esos son los
círculos de la piedra que retroceden hacia su centro en
el foso lo inmóvil que se prepara en el fondo al
fondo del muy profundamente verde
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al final olvida la infancia sus orejas de perro los juegos
de cincuenta y dos imágenes que se repiten toda
experiencia no es sino migajas en la mandíbula enorme
que nos traga por qué andar marcha atrás te
regresa no hay nada
delante sino una pulgada de espacio que se congela a medida
que la abordamos decimos avenir y algunos ven
una planicie otros no es una cuestión poco
soluble a la cual sabemos dar hermosas respuestas
funambulescas : primeras no en el casi seguro que
rápido se volverá el seguramente enseguida no sé que
no se volverá menos cierto
las horas nos avalan una después de la otra no nos
demoraremos en los parajes esperaremos que la corteza
se talle a sí misma en la navaja que sino sabría
aguardar los mañanas se aferran como limaduras
cada uno se transporta paralelamente tú observas tú
observas tanto que morirás de risa aceras fósforos
picos jabones tablas monedas se cubren se obliteran
se deshilachan se empañan se dividen en capas
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no es verdad miento todo es falso no hay nada
detrás no soy del mundo no soy ya
del mundo del que era no vivo un muerto me
hiela la vida avanzo bajo ausencia soy el
capítulo cero del libro el bajo olvidado en la partitura
que economiza el vacío encadenando razones que
no aseguran nada no estoy ni siquiera atrincherado soy
nulo desposeído del don del intercambio
se ha terminado para mí en el tiempo mismo donde posaba
mi primer axioma blanco sobre negro y la frase
rueda donde nada significa
ya no veo en parte alguna o si no acaso
si no ¿quién hará verdadero lo verdadero al negro negro
|abrirá
los ojos sobre otra cosa que la muerte?
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pequeño tamiz de pepitas pequeño pequeño remolino sobre la gran
agua blanca pequeño menudo ruido pequeñas bodegas fuente
delante de las caídas pequeño cuaderno donde leerá pequeño pedazo
de tiza pequeña fábula pequeño mármol bajo pequeño tejo tallado
abajo pequeña historia pobremente
desgracia no maligna boca cosida pobreza confusión
piedras pequeña moral de cordero albardado pequeños habitantes
de polenta de acólitos pequeños puertos de anchoas y de ajo
pequeña puerta de leones de Micenas
pendientes del oro y pendientes del vino pequeños céntimos
| apretujados
pequeñamente ligera espuma de un sino de un en otra parte
pequeño dinero de la juventud pequeño plomo de la fatiga
casi no poco a poco apenas por azar parcela
hospital corredor palabras pequeñas casi-palabras paja plana
miedosa pequeños desastres pequeños pequeño mundo
Noticia Biográfica
Jacques Roubaud ( Caluire-et-Cuire, Francia, 1932) es un escritor y matemático francés que pertenece al reconocido taller de literatura potencial OuLiPo (acrónimo de "Ouvroir de littérature potentielle"). Ha escrito poesía, obras de teatro, novelas y ha realizado traducciones. Su obra tiene búsquedas experimentales que, como en el caso de su primer libro, incluyen la construcción de sonetos estructurados a través de reglas matemáticas.