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Edición 31

Poemas inéditos de Fátima Vélez



la maceta de vidrio

 

la pulsión con que se despelleja el pollo

y se siembran semillas de cilantro

en la maceta de vidrio

de la orquídea que se creía muerta

 

hasta que desde la desesperanza

surge la flor ampliada de blancura

 

justo cuando evaluábamos qué hacer

con la maceta

tan bonita

tan inútil

tan a la medida de la orquídea viva

que mandó de regalo la novia de mi papá

treinta y ocho años menor que él

dos años menor que yo

 

ondas y raíces crecen y se dilatan

la abuela pronto tendrá noventa

dicen que poco ha cambiado

su sangre de amor por las flores

las vajillas, el charol, la remolacha

la piel de cebra arrugándose en mitad de la sala

dicen que poco ha cambiado

y en su postura un giro hacia lo blando

 

la orquídea se alza y ocupa

el cuarto donde la creíamos muerta

el cuarto crece y se ilumina y es más amplio

y hasta se siente bien estar aquí

 

la vecina muere a los cuarenta y cinco

un cáncer, agonía de dos años,

tan joven

mi esposa falleció, dice el vecino

ahora solo

con los niños pequeños

el letargo del dios que lo acompaña

y le cuelga en los párpados

 

la solidez del pétalo

un negro entre las uñas de quien se aferra

a la medida de lo inesperado

 

 

 

 

utopía

 

ser material con que te digo

ven

acuéstate a mi lado

con que te digo

mucho espacio ocupado en esta cama tuya

donde no habrá un futuro para nosotros

y ese no futuro elevando los libros

en una estantería

una vista al mar

al mar?

o a un lugar rodeado de agua

y en el agua peces

y en los peces la promesa del pescado

 

la promesa del pescado en la panza de los peces

 

se desliza por nuestro no futuro

la aspereza de mi mano

y tu mano suave

que escribe sobre lo que es llevar

una extensión más material que cualquier futuro

que podamos llamar juntos

y juntos alimentados

por esta idea

pastamos una tarde

una de las primeras

tomas mi mano áspera

me haces una extensión

que a cualquier punto de la mirada

pueden salirle suavidades

es el amor

o es la distancia en que no dormimos juntos

cómo resuenan mis brazos

sobre la superficie de tu cama

 

 

 

 

ver llover

 

como si la lluvia pudiera responder a las convenciones

inevitable la pregunta

en qué momento se puso a llover así

el óxido creciendo pesando oscureciendo

la intemperie y lo que moja y lo que limpia

la ropa

cómo chorrea

los colores desteñidos

mujeres vestidas de blanco a las que se les transparentan los calzones

 

también la sensación de lodo

cuando la lluvia pierde su poder de limpiar

y nos enseña lo costras que somos

 

el frío de los mojados

sobre un perro de la calle

le tiene pánico al agua

pero en alguna fantasía la disfruta

 

la luz

que no es tocada por la lluvia

nuestra distancia de ondas magnéticas tampoco es traspasada

 

allá tú transpirando

cubriendo con tu abrigo hasta tu envejecer

 

acá yo

hablo de la sensación del sumergido

para quien la lluvia

es el abrazo del agua quieta

sobre la que cae agua vertical


Noticia Biográfica


Fátima Vélez (Manizales, Colombia, 1985)Ha publicado los libros de poesía Casa paterna (Universidad Externado de Colombia, 2015); Del porno y las babosas (Deep, 2016), editado en Brasil, en colaboración con la artista Powerpaola y Diseño de interiores (Cardumen, 2019). Actualmente vive en Nueva York y está haciendo un doctorado en Literatura Hispanoamericana. 



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