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Edición 63

Siete poemas del monje desnudo. Poesía budista Seon del monje Hyesim



La traducción y nota introductoria fueron hechas por José Gabriel Dávila.

 

 

Bajo el nombre de Muuija, que traduce literalmente “el monje desnudo”, Hyesim (1178-1234) escribió una compilación de poemas durante los últimos años de su vida que coincidieron con la invasión mongola a la península de Corea, o, mejor dicho, al reino de Goryeo, como se conocía en esa época. Se sabe poco de su vida. Que fue un erudito confuciano. Que aprobó el examen estatal superior del servicio civil. Que decidió convertirse en monje. Que estudió con el Maestro Jinul y dirigió el renacimiento del budismo Seon. Que contribuyó al establecimiento de Ganhwa Seon, o la “meditación de contemplación de palabras”. Sus poemas se encargan más en difuminar su presencia que de subrayar al hombre histórico que fue. Sus palabras se recogen en lugar de afirmarse, se marchitan y se pudren para brindarle alimento a la naturaleza que lo rodea.

Estos poemas, por primera vez en español, dan un vistazo a una tradición poética ignorada hasta ahora. En Hispanoamérica se conoce bien la poesía de las dinastías Tang y Song, con grandes influjos del budismo, y en el caso de Japón, es posible acceder a textos del periodo Kamakura; pero poco se sabe de qué estaba sucediendo en Corea durante los periodos Goryeo o Koryo (918-1392), donde hubo una recepción singular del budismo Chan (坐禅) proveniente de China, y que luego se establecería en Japón con el nombre que todos conocemos: el zen (ぜん). 

Esta traducción coteja las versiones que hicieron al inglés Ian Haight y T’ae-Yong Ho, quienes trabajaron con los facsimilares de la Universidad de Kumasawa en Japón; junto a la traducción de Roderick Whitfield y Young-Eui Park que se publicó como el volumen IX de Collected Works of Korean Buddhism (詩選集). Así mismo, se revisaron cautelosamente las versiones originales en chino y las anotaciones a distintas referencias religiosas y contextuales.

Los poemas aquí reunidos nos presentan un mundo observado con ironía y devoción por un monje que vivió hace un poco más de 700 años. Son un vistazo penetrante a la naturaleza búdica de las flores, los ríos, los pájaros y las frutas. Vista con ojos de nuestra época, es una visión rotundamente ecológica, una crítica vigente de las actitudes analíticas e instrumentales de la razón noética. Sus poemas son al tiempo paradójicos y circulares, donde la impermanencia aparece como ritmo y como cadencia, poemas que se autosabotean cuando denuncian el esencialismo de los nombres y las categorías dentro del lenguaje por medio de visiones hechas de lenguaje. Hyesim abarca el juego de antagonismos de la realidad material y la vacuidad, la nada y la plenitud, la mente y la no-mente.

Pero estas son flores escogidas de un ramo mucho más grande, la fecunda colección de poesía monástica en chino que se escribió en Corea en la edad temprana de la dinastía Joseon (1392) y el último período de Goryeo. Esta es una conciencia religiosa sin el esoterismo y el rigor litúrgico del budismo tradicional, siendo más propicia para la vida contemplativa de la meditación, la visión lírica y a la vida rudimentaria de los campesinos y de los artesanos.

La poesía goza de una ambivalencia dentro del budismo Seon, como ocurrió en el budismo soto zen en Japón: se condenaba la devoción a los discursos escritos a la vez que se cultivó la poesía y se reverenciaron las enseñanzas de los sutras. Los monjes coreanos proclamaban el lema de "No dependas de las palabras y de letras" (不 立 文字) a la vez que afirmaban, no sin cierta ironía: "No te apartes nunca de las palabras y las letras" (不離 文字). En medio de esta contradicción, Hyesim formula el “Ganhwa Seon”, la meditación de contemplaciónón de las palabras, en palabras del maestro Dahui: “la práctica de iluminarse instantáneamente al final de cada palabra”.

Estos poemas son una invitación amistosa para darnos cuenta del mundo que subyace al lenguaje: el verdadero dharma en donde las palabras toman la forma de un arroyo peligroso que puede llegar a suplantar la totalidad del océano, siendo tan solo un vehículo estrecho que nutre y fertiliza las orillas de nuestra experiencia.

 

 

 

El estanque

 

Al lado del bambú se hunde el estanque.

Su espejo asiduamente abierto.

Invertidos, mil tallos de jade verde.

El cielo sin límites hundido en un charco.

 

***

 

盆池

 

盆池陷在竹邊

鏡匣常開目前

倒卓千竿碧玉

圓滿萬里靑天

 

 

 

Un plátano

 

Un plátano como una vela verde de cera que no humea.

Sus hojas son las mangas danzantes de una túnica azul.

Esto es lo que el poeta avista con mirada ebria.

Yo solo quiero la imagen de la mata de plátano de vuelta. 

 

***

 

芭蕉

 

心抽綠蠟燭無烟

葉展藍衫袖欲舞

此是詩人醉眼看

不如還我芭蕉樹

 

 

 

Canción de soledad e indignación

 

El ser humano vive entre el cielo y la tierra.

Sus huesos y sus orificios son todos semejantes.

Sin embargo, hay riqueza y pobreza, altura y bajeza,

hay justicia y fealdad, ¿cómo puede ser esto?

He oído que el creador es imparcial,

pero ahora comprendo que estas son palabras vacías.

Los tigres tienes garras, pero les hacen faltan alas.

El toro tiene cuernos, pero le hacen falta los colmillos.

Qué ágiles son la mosca y el zancudo,

ambos pican y revolotean.

El cuello de la grulla es largo y el del pato demasiado corto.[1]

Las aves solo tienen dos patas, y las bestias tienen cuatro.

Los peces son raudos en el agua pero torpes en la tierra.

Una nutria es ágil en ambos.

El dragón, la serpiente, la tortuga y la grulla viven miles de años.

La libélula nacida al amanecer debe morir en el ocaso.

Todos devenimos sobre esta tierra.

¿Cómo explicar las decenas de miles de diferencias?

No sabemos cómo, pero así es.

He averiguado al cielo de arriba,

He interrogado a la tierra de abajo.

Pero el mundo entero guarda silencio.

¿Con quién voy a discutir este asunto?

En mi pecho se hincha la indignación.

Días largos y meses eternos me roen el esqueleto.

La noche se difumina tan lentamente, ¿cuándo verá el amanecer?

No importa con qué frecuencia escriba, mi llanto no tiene fin.

 

***

 

孤憤歌

 

人生天地間 百骸九竅都相似 或貧或富或貴賤或妍或醜緣何事 曾聞造物本無

私 乃今知其虛語耳 虎有爪兮不得翅 牛有角兮不得齒 蚊虻有何功 旣翅而又觜

鶴脛長兮鳧脛 鳥足二兮獸足四 魚巧於水拙於陸 獺能於陸又能水 龍蛇龜鶴

數千年 蜉蝣朝生暮當死 俱生一世中 胡奈千般萬般異 不知然而然 夫誰使之使

上以問於天 下以難於地 天地默不言 與誰論此理 胸中積孤憤 日長月長銷骨

髓 長夜漫漫何時曉 頻向書鏓啼不已。

 

[1] Tratar de forzar la naturaleza. Esta metáfora la encontramos en el libro de Zhuangzi en el capítulo de los "Dedos de los Pies Palmeados” (駢拇). “Las extremidades de los patos son cortas pero si pretendes alargarlas, será con dolor. Las patas de las grullas son largas pero si las acortas, será también con dolor. Así lo que naturalmente es largo no necesita acortarse y lo que naturalmente es corto no necesita alargarse. De esta manera no será preciso quitar penas. Querer regular todo es vulnerar la naturaleza”.

 

 

 

Una respuesta a nombre del cielo y de la tierra

 

La miríada y las miles de diferencias,[1]

todas nacen en el pensamiento del engaño.

Si puedes abandonar estas distinciones, 

no hay una sola criatura que no sea idéntica.

 

***

 

代天地答

 

萬別千差事

皆從妄想生

若離此分別

何物不齊平

[1] En español se emplea "miríada" tan sólo con el significado de "muchísimos". En chino la miríada (10000) se denomina wan (萬/万) y es un término anclado a la cosmogonía taoísta, budista y confuciana.

 

 

 

Pequeño estanque

 

Sin brisa ni ondulaciones que lo turben,

su superficie refleja una arboleda de imágenes.

¿Qué necesidad tienes de tantas palabras?

Si nuestra mirada mutua es suficiente. 

 

***

 

小池

 

無風湛不波

有像森於目

何必待多言

相看意已足

 

 

 

Una magnolia

 

Por el brote de sus hojas dirías que es un árbol caqui,

pero al ver sus flores, pensarías que es un loto.

Su inconstancia es asombrosa.

No caigas en ninguno de los géneros.

 

***

 

木蓮

 

見葉初疑柿

看花又是蓮

可憐無定相

不落兩頭邊

 

 

 

Un verso por encargo para el jardinero

 

Escuché de un monje que golpeó un terrón de tierra,

y al instante pulverizó los tres mil universos.

Como de seguro puedes agarrar un azadón,

así de fácil alcanzaras la iluminación. 

 

***

 

儉園頭求頌

 

聞古禪和擊土塊

忽然打破三千界

钁頭分付汝提持

受用從君得自在


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