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Edición 54

Friedrich Hölderlin: poesía y naturaleza



David Alvarado Archila (1989) es profesional en Literatura con énfasis en Filosofí­a de la Pontificia Universidad Javeriana, máster en Literatura de la Universidad de los Andes y traductor. Ha sido librero, profesor y, actualmente, trabaja como gestor de evaluación en el Centro de Español de la Universidad de los Andes. Escribió el ensayo e hizo las traducciones de los poemas de Hölderlin que se presentan a continuación. 

 

 

 

 

Johan Christian Friedrich Hölderlin nació el 20 de marzo de 1770 en Lauffen am Neckar, una ciudad ubicada al sur de Alemania. En 1788, Hölderlin ingresó al Tübinger Stift, el seminario de Tubinga fundado por el duque de Ulrich en 1536 y cuya enseñanza está a cargo de la iglesia protestante. Allí, el poeta entabló amistad con Hegel y, posteriormente, con Schelling, compañeros con los que debatió sobre los textos de Spinoza, Kant y Fichte. Por su parte, durante la década de 1790, Hölderlin se graduó como magister del seminario de Tubinga; publicó sus poemas en varias revistas y, a través de la intercesión de Friedrich Schiller, logró obtener el puesto de preceptor en Walterhausen, así como publicar, en 1794, un fragmento de la novela Hyperion en la revista Thalia.

 

Durante la segunda mitad de esta década, Hölderlin viajó a Jena y trabajó como preceptor de la familia Gontard desde 1795. Allí, el poeta conoció a Susette Gontard, de la que se enamoró profundamente. Los años con la familia Gontard fueron productivos para Hölderlin: en 1797, apareció el primer tomo del Hyperion. Además, Hölderlin conjugó el trabajo en el segundo tomo de la novela (que apareció en 1799) con el plan de elaboración de una tragedia: La muerte de Empédocles.  En 1798, y a raíz de la relación con Susette Gontard, Hölderlin abandonó su trabajo como preceptor y emprendió algunos viajes por Fráncfort, Homburg, Stuttgart y Suiza, a los que acompañaron los trabajos en las versiones de su tentativa de tragedia y algunas traducciones, específicamente, de Píndaro y de Sófocles.

 

Entre 1800 y 1802, Hölderlin estuvo en Stuttgart y, luego, en Homburg. En esta época comenzaron a aparecer los síntomas de su enfermedad, mientras trabajaba en las traducciones de  Edipo rey y Antígona.  Dichas traducciones aparecieron en 1804, pero la reacción a esta publicación no fue la mejor. Por ejemplo, Goethe y Schiller se rieron a carcajadas al oír los coros de Antígona, mientras Hegel y Schelling, sus viejos amigos, vieron las traducciones como la evidencia de la locura del poeta.

 

En 1806, Hölderlin fue ingresado a una clínica psiquiátrica de Tubinga. Una vez allí, fue declarado enfermo mental incurable y fue recluido en una habitación de la torre del carpintero Zimmer. Durante este periodo de su vida, el poeta  continuó escribiendo, a pesar de que se le daba poco papel, pues se creía que escribir podría alterar su estado mental. Además, daba largas caminatas y tocaba el piano que estaba en su habitación. El poeta murió el siente de junio de 1843, tras 37 años en la torre.

 

 Ahora bien, para hablar de la naturaleza en la obra de Hölderlin, es necesario tener en cuenta otro concepto: el arte. De manera similar a lo planteado por Schiller en las Cartas sobre la educación estética (1795), Hölderlin considera que existe una contraposición entre el arte (die Kunst) y la naturaleza (die Natur). Para el poeta, la naturaleza se asocia con lo que él denomina como lo aórgico (aorgisch) en el Fundamento para el Empédocles (1794-1804), esto es, “d[a]s Unbegreiflichen, d[a]s Unfühlbaren, d[a]s Unbegrenzten” [lo incomprensible, lo no sensible, lo ilimitado] (StA, 4,1, 153, L. 4-5). Por su parte, el arte se relaciona con la capacidad de reflexión y con la actividad autónoma.

 

Entre estos dos extremos se encuentra el hombre, a quien el poeta concibe como un ser orgánico, artístico (künstlich) y, por tanto, reflexionante. Según Hölderlin, al enfrentarse a la naturaleza, el hombre puede relacionarse con ella mediante la sensación o mediante el conocimiento. A través de la primera vía, el hombre le otorga el sentimiento de perfección (das Gefühl der Vollendung) a la naturaleza, al concebirla en la vida como lo meramente aórgico.

 

No obstante, el hombre puede conocer la naturaleza cuando transgrede sus propios límites y desequilibra la relación entre la consciencia (Bewustsein), la reflexión (Nachdenken) y lo que el poeta denomina como la sensibilidad física (physische Synnlichkeit). Con esta trasgresión, se presenta una unión entre la naturaleza y el arte en el hombre. Además, esta unión de los opuestos en el hombre implica la muerte de la individuación debido a que, según Hölderlin, la naturaleza se hace más orgánica a través de la acción del hombre, mientras que el ser humano adquiere algo de lo aórgico de la naturaleza.

 

Para esta traducción, he escogido once poemas de todas las etapas poéticas de Hölderlin. En los primeros, se puede encontrar una idealización de la naturaleza, contrapuesta a los sentimientos de la voz poética. Considero que estos primeros poemas pueden contribuir a ampliar o a ejemplificar la noción de lo aórgico que Hölderlin formuló en el Fundamento para el Empédocles. A estos, los suceden tres poemas en los que se evidencia la relación entre la figura del poeta y la naturaleza. El primer poema presenta una crítica a los poetas hipócritas, mientras que el segundo se puede denominar como prescriptivo, en tanto que la voz poética se dirige a los jóvenes poetas. El tercer poema tiene como figura central a Empédocles, poeta y filósofo. A éste, Hölderlin lo concibe como héroe de su tragedia como el resultado de “gewaltige[n] Entgegensezungen von Natur und Kunst” [violentas oposiciones entre la naturaleza y el arte]  (StA, 4,1, 154, L. 26- 27).

 

Por lo demás, incluyo cuatro poemas de la época en la que Hölderlin estuvo recluido en la torre de Tubinga. Estos poemas suelen ser considerados por los críticos como estampas o poemas de estación y, usualmente, van acompañados de fechas que no necesariamente corresponden a la fecha de composición, así como del nombre Scardanelli (nombre que adoptó el poeta en algunos poemas de esta época). Finalmente, para esta traducción utilicé la Grosse Stutgarter Ausgabe, la edición de Stuttgart, que apareció en Alemania entre  1943 y 1985.

 

Referencia bibliográfica

 

Höldelrin, F. (1943-1985). Sämtliche Werke. Friedrich Beißner, Adolf Beck y Ute Oelmann (eds.). Alemania: Grosse Stuttgarter Ausgabe.

 

 

 

 

A la naturaleza

 

Cuando aún jugaba alrededor de tu velo,

aún estaba adherido a ti como una flor,

aún sentía tu corazón en cada sonido,

el corazón que rodeaba mi corazón tierno y tembloroso.

Cuando rico, como tú, me erguía ante tu imagen

aún con fe y añoranza, aún encontraba un lugar

para mis lágrimas, un mundo para mi amor.

 

Cuando mi corazón se encaminaba hacia el sol,

como si él percibiera sus tonos,

y cuando llamaba a las estrellas sus hermanas

y, en la primavera, la melodía del dios.

Cuando en el aire, que mueve el soto,

tu espíritu, tú espíritu de la alegría,

aún hacía surgir tranquilas olas en el corazón,

los días dorados me rodeaban.

 

Cuando en el valle, donde la fuente me refrescaba,

donde los arbustos proporcionaban el verde

a la tranquila pared rocosa

y el éter aparecía a través de las ramas.

Cuando allí, en el valle, rociado por flores,

yo tomaba su aliento tranquilo y ebrio

y descendía hacia mí la dorada nube desde las alturas,

rebosante de luz y de brillo—

 

Cuando iba lejos entre los brezos desnudos,

donde resuena el titánico canto de las corrientes,

provenientes del regazo de desfiladeros oscuros,

cuando me rodeaba la noche nublada

y me conducía a lo largo de las montañas,

y en torno a mí volaban las flamas del cielo,

¡allí aparecías tú, alma de la naturaleza!

 

Con frecuencia, con ebrias lágrimas y ebrio amor,

me perdía en tu abundancia, ¡bello mundo!,

como anhelan perderse las corrientes en el océano,

tras un largo trasegar.

¡Ah!, cuando me precipitaba desde la soledad del tiempo

hacia los brazos del infinito, junto con todos los seres,

como un peregrino se precipita a la casa paterna.

 

Sed bendecidos, dorados sueños de la niñez.

Vosotros me ocultasteis la pobreza de la vida,

criasteis el buen germen del corazón;

lo que nunca conseguí, ¡vosotros lo proveíais!

¡Oh, naturaleza!, en la luz de tu belleza se revelan,

sin esfuerzo ni violencia, los reales frutos del amor,

como las cosechas en la Arcadia.

 

Ahora, está muerta la que me amamantó y me educó.

Ahora, está muerto el mundo juvenil,

este pecho, que una vez sentía un cielo,

muerto y mísero, como un campo de rastrojos.

¡Ah!, aún canta la primavera de mis penas,

como antaño, una canción alegre y consoladora,

pero rota está la mañana de mi vida,

la primavera de mi corazón se marchitó.

 

Eternamente, debe vivir en la miseria el amor más querido,

lo que amamos es solo una sombra.

Cuando los sueños dorados de la juventud murieron,

murió para mí la naturaleza amigable.

Pobre corazón, en los días alegres no experimentaste

estar lejos de la patria. Pobre corazón, nunca podrás encontrarla,

si un sueño de ella no te basta.

 

* * *

 

An die Natur

 

Da ich noch um deinen Schleier spielte,

Noch an dir, wie eine Blüte, hing,

Noch dein Herz in jedem Laute fühlte,

Der mein zärtlichbebend Herz umfing,

Da ich noch mit Glauben und mit Sehnen

Reich, wie du, vor deinem Bilde stand,

Eine Stelle noch für meine Tränen,

Eine Welt für meine Liebe fand,

 

Da zur Sonne noch mein Herz sich wandte,

Als vernähme seine Töne sie,

Und die Sterne seine Brüder nannte

Und den Frühling Gottes Melodie,

Da im Hauche, der den Hain bewegte,

Noch dein Geist, dein Geist der Freude sich

In des Herzens stiller Welle regte,

Da umfingen goldne Tage mich.

 

Wenn im Tale, wo der Quell mich kühlte,

Wo der jugendlichen Sträuche Grün

Um die stillen Felsenwände spielte

Und der Aether durch die Zweige schien,

Wenn ich da, von Blüten übergossen,

Still und trunken ihren Othem trank

Und zu mir, von Licht und Glanz umflossen,

Aus den Höhn die goldne Wolke sank –

 

Wenn ich fern auf nackter Heide wallte,

Wo aus dämmernder Geklüfte Schoß

Der Titanensang der Ströme schallte

Und die Nacht der Wolken mich umschloß,

Wenn der Sturm mit seinen Wetterwogen

Mir vorüber durch die Berge fuhr

Und des Himmels Flammen mich umflogen,

Da erschienst du, Seele der Natur!

 

Oft verlor ich da mit trunknen Tränen

Liebend, wie nach langer Irre sich

In den Ozean die Ströme sehnen,

Schöne Welt! in deiner Fülle mich;

Ach! da stürzt ich mit den Wesen allen

Freudig aus der Einsamkeit der Zeit,

Wie ein Pilger in des Vaters Hallen,

In die Arme der Unendlichkeit. –

 

Seid gesegnet, goldne Kinderträume,

Ihr verbargt des Lebens Armut mir,

Ihr erzogt des Herzens gute Keime,

Was ich nie erringe, schenktet ihr!

O Natur! an deiner Schönheit Lichte,

Ohne Müh und Zwang entfalteten

Sich der Liebe königliche Früchte,

Wie die Ernten in Arkadien.

 

Tot ist nun, die mich erzog und stillte,

Tot ist nun die jugendliche Welt,

Diese Brust, die einst ein Himmel füllte,

Tot und dürftig, wie ein Stoppelfeld;

Ach! es singt der Frühling meinen Sorgen

Noch, wie einst, ein freundlich tröstend Lied,

Aber hin ist meines Lebens Morgen,

Meines Herzens Frühling ist verblüht.

 

Ewig muß die liebste Liebe darben,

Was wir lieben, ist ein Schatten nur,

Da der Jugend goldne Träume starben,

Starb für mich die freundliche Natur;

Das erfuhrst du nicht in frohen Tagen,

Daß so ferne dir die Heimat liegt,

Armes Herz, du wirst sie nie erfragen,

Wenn dir nicht ein Traum von ihr genügt.

 

 

 

 

Naturaleza y arte o Saturno y Júpiter

 

Reinas sobre el día y tu ley florece,

¡tú sostienes la balanza, hijo de Saturno!

Distribuyes la suerte y descansas en la fama

de las inmortales artes soberanas.

 

Pero, se dicen los cantores, expulsaste

al viejo padre, al tuyo, hacia el abismo

y se lamenta en las profundidades,

donde están los salvajes por tu justicia,

 

el inocente que hace tiempo fue dios del

tiempo dorado: alguna vez sin esfuerzo y tan grande como tú,

aun cuando ya no pronunciaba ninguna ley

y ningún mortal lo invocaba por su nombre.

 

¡Baja o no te avergüences de agradecer!

Y si quieres permanecer, ¡sirve al anciano

y no lo envidies cuando el cantor lo nombre

ante todos, hombres y dioses!

 

Pues así como tu relámpago surge de las nubes,

de él proviene lo que es tuyo, ¡mira!, de él proviene

lo que tú repartes, y de la paz de Saturno

ha crecido todo el poder.

 

Y en solo mi corazón sentí y entreví

lo vivo a lo que dabas forma

y creía dormido de manera placentera

al tiempo cambiante:

 

¡luego te conocí, Cronión! Luego, te oí,

oí al sabio maestro; un hijo del tiempo,

como nosotros, que dicta leyes

y promulga lo que alberga

el sagrado crepúsculo.

 

* * *

 

Natur und Kunst oder Saturn und Jupiter

 

Du waltest hoch am Tag und es blühet dein

Gesetz, du hältst die Waage, Saturnus Sohn!

Und teilst die Los’ und ruhest froh im

Ruhm der unsterblichen Herrscherkünste.

 

Doch in den Abgrund, sagen die Sänger sich,

Habst du den heilgen Vater, den eignen, einst

Verwiesen und es jammre drunten,

Da, wo die Wilden vor dir mit Recht sind,

 

Schuldlos der Gott der goldenen Zeit schon längst:

Einst mühelos, und größer wie du, wenn schon

Er kein Gebot aussprach und ihn der

                       &Sterblichen keiner mit Namen nannte.

 

Herab denn! oder schäme des Danks dich nicht!

Und willst du bleiben, diene dem Älteren,

Und gönn es ihm, daß ihn vor Allen,

Götter und Menschen, der Sänger nenne!

 

Denn, wie aus dem Gewölke dein Blitz, so kömmt

Von ihm, was dein ist, siehe! so zeugt von ihm,

Was du gebeutst, und aus Saturnus

Frieden ist jegliche Macht erwachsen.

 

Und hab ich erst am Herzen Lebendiges

Gefühlt und dämmert, was du gestaltetest,

Und war in ihrer Wiege mir in

Wonne die wechselnde Zeit entschlummert:

 

Dann kenn ich dich, Kronion! dann hör ich dich,

Den weisen Meister, welcher, wie wir, ein Sohn

Der Zeit, Gesetze gibt und, was die

Heilige Dämmerung birgt, verkündet.

 

 

 

 

Cantado bajo los Alpes

 

¡Sagrada inocencia familiar y amada

por los hombres y los dioses! Te gusta

estar en casa o afuera, sentada

                                                                 a los pies de los ancianos,

 

siempre llena de alegre sabiduría; pues el

hombre conoce lo bueno, pero se asombra

ante el cielo como un animal. ¡Mas cuán puro es todo

                                                                 para ti, que eres pura!

 

¡Mira! El tosco animal del campo te sirve con gusto

y confía en ti; el bosque mudo te dice

sus sentencias como antaño;

                                                                 las montañas te instruyen

 

mandamientos sagrados, y las innumerables experiencias

que aún el gran padre no nos quiere revelar, solo a ti te está

                                                                 permitido predecírnoslas con claridad.

 

No deseo ni conozco nada más feliz que

estar así, a solas con los celestiales, con la mirada

fija en ellos, mientras fluye la luz, la corriente y el viento,

                                                                 y mientras el tiempo pasa,

 

hasta que me arrastre fuera la marea,

como al sauce, levantado y dormido

                                                                 entre las olas.

 

Mas en casa permanece con gusto quien mantiene

lo divino en su pecho fiel. Y en tanto me sea permitido,

quiero interpretaros y cantaros a todos vosotros libremente,

                                                                 ¡lenguajes del cielo!

 

* * *

 

Unter den Alpen gesungen

 

Heilige Unschuld, du der Menschen und der

Götter liebste vertrauteste! du magst im

Hause oder draußen ihnen zu Füßen

                                                                 Sitzen, den Alten,

 

Immerzufriedner Weisheit voll; denn manches

Gute kennet der Mann, doch staunet er, dem

Wild gleich, oft zum Himmel, aber wie rein ist

                                                                 Reine, dir alles!

 

Siehe! das rauhe Tier des Feldes, gerne

Dient und trauet es dir, der stumme Wald spricht

Wie vor alters, seine Sprüche zu dir, es

                                                                 Lehren die Berge

 

Heil’ge Gesetze dich, und was noch jetzt uns

Vielerfahrenen offenbar der große

Vater werden heißt, du darfst es allein uns

                                                                 Helle verkünden.

 

So mit den Himmlischen allein zu sein, und

Geht vorüber das Licht, und Strom und Wind, und

Zeit eilt hin zum Ort, vor ihnen ein stetes

                                                                 Auge zu haben,

 

Seliger weiß und wünsch’ ich nichts, so lange

Nicht auch mich, wie die Weide, fort die Flut nimmt,

Daß wohl aufgehoben, schlafend dahin ich

                                                                 Muß in den Wogen;

 

Aber es bleibt daheim gern, wer in treuem

Busen Göttliches hält, und frei will ich, so

Lang ich darf, euch all, ihr Sprachen des Himmels!

                                                                 Deuten und singen.

 

 

 

 

Los robles

 

Vengo desde el jardín hacia vosotros, ¡hijos de las montañas!

Del jardín, donde vive la naturaleza familiar y paciente,

cuidadora y vuelta a cuidar junto a los hombres laboriosos.

Mas vosotros, ¡grandiosos!, estáis como un pueblo de titanes

en el mundo domesticado y sólo os pertenecéis a vosotros, al cielo,

que os alimenta y os educa, y a la tierra de la que nacisteis.

Ninguno de vosotros ha asistido a la escuela de los hombres

y crecéis alegres y libres desde vuestras fuertes raíces hacia arriba,

uno debajo del otro; agarráis el espacio con brazos violentos,

como el águila a su botín, y vuestra copa soleada

se orienta alegre y grandiosa hacia las nubes.

Cada uno de vosotros es un mundo. Vivís como las estrellas del cielo;

cada uno un dios, juntos en una libre alianza.

Si yo pudiese soportar la servidumbre, nunca envidiaría

este bosque y me ajustaría a la vida en sociedad.

Y si el corazón, que no se aparta del amor,

no me atara a la vida en sociedad,

¡con cuánto gusto viviría entre vosotros!

 

* * *

 

Die Eichbäume

 

Aus den Gärten komm ich zu euch, ihr Söhne des Berges!

Aus den Gärten, da lebt die Natur geduldig und häuslich,

Pflegend und wieder gepflegt mit dem fleißigen Menschen zusammen.

Aber ihr, ihr Herrlichen! steht, wie ein Volk von Titanen

In der zahmeren Welt und gehört nur euch und dem Himmel,

Der euch nährt’ und erzog, und der Erde, die euch geboren.

Keiner von euch ist noch in die Schule der Menschen gegangen,

Und ihr drängt euch fröhlich und frei, aus der kräftigen Wurzel,

Untereinander herauf und ergreift, wie der Adler die Beute,

Mit gewaltigem Arme den Raum, und gegen die Wolken

Ist euch heiter und groß die sonnige Krone gerichtet.

Eine Welt ist jeder von euch, wie die Sterne des Himmels

Lebt ihr, jeder ein Gott, in freiem Bunde zusammen.

Könnt ich die Knechtschaft nur erdulden, ich neidete nimmer

Diesen Wald und schmiegte mich gern ans gesellige Leben.

Fesselte nur nicht mehr ans gesellige Leben das Herz mich,

Das von Liebe nicht läßt, wie gern würd ich unter euch wohnen!

 

 

 

 

Los poetas hipócritas

 

¡Vosotros, fríos hipócritas, no habléis de los dioses!

¡Vosotros tenéis entendimiento! No creéis en Helios,

ni en el dios del trueno, ni en el de los mares.

La tierra está muerta, ¿a quién le gustaría agradecerle?-

 

¡Tranquilizaos, dioses! Vosotros aún adornáis la canción,

aunque el alma haya desaparecido de vuestros nombres,

y cuando se necesita una palabra significativa,

¡madre naturaleza!, uno recuerda tu nombre.

 

* * *

 

Die scheinheiligen Dichter

 

Ihr kalten Heuchler, sprecht von den Göttern nicht!

ihr habt Verstand! ihr glaubt nicht an Helios,

noch an den Donnerer und Meergott;

Todt ist die Erde, wer mag ihr danken? —

 

Getrost ihr Götter! zieret ihr doch das Lied,

wenn schon aus euren Nahmen die Seele schwand, u

und ist ein großes Wort vonnöthen,

Mutter Natur! So gedenkt man deiner.

 

 

 

 

A los jóvenes poetas

 

Queridos hermanos! Quizá nuestro arte madure,

tras una larga fermentación similar a la de la juventud,

y pronto llegará a la calma de la belleza.

¡Sed piadosos, como lo eran los griegos!

 

¡Amad a los dioses y pensad amablemente en los mortales!

¡Odiad la ebriedad tanto como la frialdad! ¡No describáis,

ni aleccionéis! Si os atemoriza el maestro,

pedid consejo a la gran naturaleza.

 

* * *

 

An die jungen Dichter

 

Lieben Brüder! es reift unsere Kunst vielleicht

Da, wie ein Jüngling, sie lange genug gegärt,

Bald zur Stille der Schönheit;

Seid nur fromm, wie der Grieche war!

 

Liebt die Götter und denkt freundlich der Sterblichen!

Haßt den Rausch, wie den Frost! lehrt und beschreibst nichts!

Wenn der Meister euch ängstigt,

Fragt die große Natur um Rat.

 

 

 

 

Empédocles

 

Tú buscas la vida, la buscas, y brota y arde

un fuego divino para ti desde lo profundo de la tierra.

Tú te arrojas hacia abajo, a las llamas del Etna,

con ansía estremecedora.

 

Así, la arrogancia de la reina mezcla perlas

en el vino, y ¡cómo le gustaría que tú , poeta,

no hubieras sacrificado tu riqueza

aquí, en el cáliz hirviente!

 

Pero eres sagrado para mí, como el poder de la /tierra

que te arrebató, ¡muerto osado!

Y yo quisiera seguir al héroe en la profundidad,

si el amor no me detuviera.

 

* * *

 

Empedokles

 

Das Leben suchst du, suchst, und es quillt und glänzt

ein göttlich Feuer tief aus der Erde dir,

und du in shauderndem Verlangen

wirfst dich hinab, in des Aetna Flammen.

 

So schmelzt‘ im Weine Perlen der Übermuth

der Königin; und mochte sie doch! Hättst du

nur deinen Reichtum nicht, o Dichter

hin in den gährenden Kelch geopfert!

 

Doch heilig bist du mir, wie der Erde Macht,

die dich hinwegnahm, kühner Getödteter!

Und folgen möchte ich in die Tiefe,

hielte die Liebe mich nicht, dem Helden.

 

 

 

 

La primavera

 

Cuando se ve nuevamente la luz de la tierra,

el verde valle alumbra por la lluvia de la primavera y, alegre,

desciende el blanco de las flores sobre la corriente clara

después de que un día sereno declina para los hombres.

 

La visibilidad se beneficia de claras distinciones,

el cielo de la primavera está con su paz

para que el hombre pueda observar el encanto del año sin ser molestado

y atienda la perfección de la vida.

 

Con humildad

Scardanelli

15 de marzo de 1842

 

* * *

 

Der Frühling

 

Wenn neu das Licht der Erde sich gezeiget,

von Frühlingsreegen glänzt das grüne Thal und munter

der Blüthen Weiß am hellen Strom hinunter,

nachdem ein heitrer Tag zu Menschen sich geneiget.

Die Sichtbarkeit gewinnt von hellen Unterschieden,

der Frühlingshimmel weilt mit seinem Frieden,

daß ungestört der Mensch des Jahres Reiz betrachtet.

und auf Vollkommenheit des Lebens achtet.

Mit

Unterthänigkeit

Scardanelli

d. 15 Merz

 

 

 

 

El otoño

 

Las leyendas del espíritu que fue y ha vuelto,

las que se han alejado de la tierra,

vuelven a la humanidad y mucho aprendemos

del tiempo que se apresuraba y se consumía.

 

Las imágenes del pasado no han sido abandonadas

por la naturaleza. Así como se desvanecen los días

en el cenit del verano, retorna el otoño a la tierra. Una vez más,

el espíritu de los aguaceros se encuentra en el cielo.

 

En poco tiempo, mucho ha terminado.

El campesino, que araba,

ve cómo el año tiende hacia un final feliz.

En tales imágenes, se completa el día del hombre.

 

La redondez de la tierra, adornada con rocas, no es

como la nube que se pierde en la tarde,

sino que se muestra con un día dorado

y la perfección es sin tacha.

 

* * *

 

Der Herbst

 

Die Sagen,die der Erde sich entfernen,

vom Geiste, der gewesen ist und wiederkehret,

sie kehren zu der Menschheit sich, und vieles lernen w

wir aus der Zeit, die eilends sich verzehret.

 

Die Bilder der Vergangenheit sind nicht verlassen

von der Natur, als wie die Tag’ verblassen

im hohen Sommer, kehrt der Herbst zur Erde nieder.

Der Geist der Schauer findet sich am Himmel wieder.

 

In kurzer Zeit hat vieles sich geendet.

Der Landmann, der am Pfluge sich gezeiget,

Er siehet, wie das Jahr sich frohem Ende neiget.

In solchen Bildern ist des Menschen Tag vollendet.

 

Der Erde Rund mit Felsen ausgezieret

ist wie die Wolke nicht, die Abends sich verlieret,

es zeiget sich mit einem goldnen Tage,

und die Vollkommenheit ist ohne Klage.

 

 

 

 

El verano

 

Cuando desaparecen las floraciones de la primavera,

allí está el verano que se desliza por el año.

Y como el arroyo desciende por el valle,

así irradia el esplendor de las montañas.

Que casi siempre el campo se muestre con esplendor,

es como el día que tiende hacia la tarde;

así como el año permanece, así son las horas del verano

y, con frecuencia, las imágenes de la naturaleza

desaparecen para los hombres.

 

24 de mayo de 1778

Scardanelli

 

* * *

 

Der Sommer

 

Wenn dann vorbei des Frühlings Blüthe schwindet,

so ist der Sommer da, der um das Jahr sich windet.

Und wie der Bach das Thal hinunter gleitet.

So ist der Berge Pracht darum verbreitet.

Daß sich das Feld mit Pracht am meisten zeiget,

ist, wie der Tag, der sich zum Abend neiget;

wie so das Jahr verweilt, so sind des Sommers Stunden

und Bilder der Natur dem Menschen oft verschwunden.

 

d. 24 Mai

1778.

Scardanelli

 

 

 

 

Invierno

 

Cuando se ha perdido el follaje de las llanuras,

cae el blanco sobre el valle,

pero el día resplandece por agudos rayos solares,

la fiesta de los estados resplandece desde las puertas.

 

Es la calma de la naturaleza, el silencio del campo

es como la espiritualidad del hombre y las diferencias

se muestran tan grandes, que conforman la gran imagen

que muestra la naturaleza, en vez de la clemencia de la primavera.

 

25 de diciembre de 1841

El humilde Scardanelli

 

* * *

 

Winter

 

Wenn sich das Laub auf Ebnen weit verloren,

so fällt das Weiß herunter auf die Thale,

doch glänzend ist der Tag vom hohen Sonnenstrale,

es glänzt das Fest den Städten aus den Thoren.

 

Es ist die Ruhe der Natur, des Feldes Schweigen

ist wie des Menschen Geistigkeit, und höher zeigen

die Unterschiede sich, daß sich zu hohem

Bilde Sich zeiget die Natur, statt mit des Frühlings Milde.

 

d. 25. Dezember 1841

Dero unterthänigster Scardanelli.


Noticia Biográfica


Johann Christian Friedrich Hí¶lderlin (1770 â€“ 1843) fue un poeta y filósofo que formó parte Romanticismo alemán.



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